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V. S. Naipul (n. 1932), escritor británico
Entrando en clima para la ceremonia de la entrega de los Premios Oscar este domingo, recordamos hoy algunas de las frases inolvidables que el cine aportó a nuestra memoria colectiva:
"El miedo lleva a la ira, la ira lleva al odio, el odio lleva al sufrimiento", enseñaba Yoda en La Guerra de las Galaxias I. La Amenaza Fantasma.
"He cruzado océanos de tiempo para encontrarte": declaración de amor como pocas de un romántico incurable (pero muy mal partido...): Drácula, de la película homónima de Bram Stoker.
Otra de amor: "Creí que éramos invencibles. Ahora sé que las cosas que hacemos a la gente que amamos no se olvidan y, para seguir juntos, no hay que olvidar, sino perdonar", entiende, ya entrada la película, Woody Harrelson, en Una propuesta indecorosa (o Una propuesta indecente), después de que Demi Moore pasara la noche con el galán maduro Robert Redford.
De Casablanca, ¡por supuesto!, tres. En voz de Humphrey Bogart: "De todos los cafés del mundo, tuvo que elegir el mío" y la final: "¿Sabes, Louis? Creo que esto es el comienzo de una hermosa amistad". También está, por supuesto, la descorazonada línea de Ilse, cuando conoce a Rick en París: "El mundo se derrumba y nosotros nos enamoramos".
"El mejor truco que el diablo inventó fue convencer al mundo de que no existía", decía ¿el propio Kaiser Söze? en Los sospechosos de siempre (o Los sospechosos habituales, según la traducción).
"Todo hombre muere, pero no todo hombre vive realmente", aseguraba el valiente corazón de Mel Gibson.
"La vida no es más que un interminable ensayo de una obra que jamás se estrenará", frase de la película Amelie.
"No odies a tu enemigo... nubla tu buen juicio", ¿quién si no que el frío, implacable Al Pacino en El Padrino III?
Y de Los lunes al sol: "La cuestión no es si nosotros creemos en Dios, la cuestión es si Dios cree en nosotros, porque si no cree... estamos jodidos, ¿eh?".
De Perdidos en Tokio, sobre la maternidad/paternidad, en boca de Bill Murray: "El día más aterrador de tu vida es el día que nace tu primer hijo. Tu vida, la que conoces, se acaba, y nunca volverá; pero luego aprenden a caminar y a hablar y quieres estar con ellos, y acaban convirtiéndose en las personas más deliciosas que conocerás en toda tu vida".
"La memoria puede cambiar la forma de una habitación y cambiar el color de un coche. Los recuerdos desvirtúan, son una interpretación, no un registro, y no importan si tienes los hechos", la frase que podría resumir la película Memento, y que es precisamente dicha por su protagonista, Guy Pearce.
"No existen preguntas sin respuesta, solo preguntas mal formuladas", explica Morfeo (Laurence Fishburne) en Matrix.
"Ser joven consiste en eso: en creer secretamente que serás la única persona del mundo que vivirá para siempre". Buena definición pronunciada por Tom Cruise en Vanilla Sky.
"Nunca se me ocurrió que no era el principio de la felicidad, era la felicidad", de la película Las horas, historia de tres mujeres y un hijo.
Y para terminar, un buen cierre con Woody Allen: "Acabo de conocer a un hombre maravilloso; es de ficción, pero no se puede tener todo", Mia Farrow en La rosa púrpura del Cairo.
¿Qué otras frases memorables recuerdan? Las juntamos aquí.
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